...
Estaba oscuro, el suelo de tierra estaba muy húmedo, casi como el aire, y lleno de hojas.
El viento soplaba fuerte y se arremolinaba en su cabeza, por sobre los árboles del bosque.
Él estaba corriendo, el zumbido que hacían las ramas era incesante. Pero eso lo motivaba a ir aún mas deprisa.
Las nubes del cielo se juntaban cada vez más, la lluvia era ya inevitable. Con sudor en la frente seguía poniendo un pié frente al otro, la adrenalina recorría todo su cuerpo.
De pronto, a lo lejos, se vió un haz de luz y a los segundos se escuchó un Trueno, seguido de un grito desgarrador. Sabía que no debía detenerse, por más triste y terrible que se sintiera, no debía hacerlo; sino ellos podrían agarrarlo.
Además igual sabía que ella ya estaría a salvo en el refugio... Sabía que la encontraría en poco tiempo, solo quedaban unos 800 metros... si, cada vez menos.
De pronto, se detuvo. Había algo allí, en la sombra, algo lo observaba tenía miedo, pero tenía que cruzar por allí...
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